21 de septiembre de 2009

LA CONTAMINACIÓN. METÁLOGO.

Hija: Papá, ¿Porqué los humanos contaminamos tanto el planeta?
Padre: Pues supongo que no hay otra opción.
Hija: ¡Papá! ¿En verdad crees eso?
Padre: Sí, pero me refiero a que nuestro modo de vida, tal como es actualmente, no permite que sea de otra manera.
Hija: ¿Qué no es cosa de querer o no querer?
Padre: Te aseguro que no. Dime ¿tú quieres contaminar?
Hija: No, claro que no.
Padre: Entonces ¿por qué lo haces?
Hija: Yo no contamino. Tiro la basura en su lugar.
Padre: ¡Ajá!, acabas de reconocer que generas basura.
Hija: Bueno, sí, todos generamos basura, pero contaminar es tirar la basura en la calle.
Padre: Esa solo es una forma de contaminar, la manera rápida de contaminar, también existe la manera lenta, y es que los miles de millones de toneladas de basura que el ser humano genera diariamente, necesariamente ocupan un lugar en el espacio, y esos lugares, llamados basureros, son los principales centros de contaminación. Así que todos contribuimos a que esa contaminación crezca día con día.
Hija: Entonces el punto central de la contaminación, es no generar basura.
Padre: Vamos por partes. La basura es solo un tipo de contaminación, existe también la contaminación por ruido, por gases que salen de los autos -aun de los más nuevos- y otros.
Hija: Entiendo. Pero ¿Qué tal si atacamos el problema por partes, como dices tú, para poder resolverlo?
Padre: De acuerdo.
Hija: ¿En qué estábamos? ¡Ah! Sí, la contaminación por basura.
Hija: Si no generamos basura, no habrá contaminación. Al menos contaminación por basura.
Padre: El problema es que no es tan sencillo como parece.
Hija: Supongo que no ha de ser sencillo.
Hija: Pero ya que estamos en eso, ¿Cuál sería alguna manera de no generar basura?
Padre: No hay manera.
Hija: Papá, no seas pesimista. Tiene que haber una manera.
Padre: Ten por seguro que no la hay.

******************

Padre: Aunque, pensándolo bien. Sí hay una forma.
Padre: Que todos adoptemos el sistema de vida de los monjes tibetanos.
Hija: Con todo respeto, eso es ridículo.
Padre: Sí que lo es. Por eso es que digo que no hay manera.
Hija: Ahora entiendo. No toda la humanidad cambiará su modo de vida. Yo creo que ni siquiera el 1% de la población mundial lo haría.
Padre: La otra opción es seguir generando basura. Pero basura biodegradable.
Hija: Hay mucho de eso en la televisión. Detergentes, champús, etc.
Padre: No es suficiente. Por ejemplo, ¿que pasa con las bolsas de supermercado?
Hija: Mamá las guarda, y las usa cuando compra otras cosas.
Padre: ¿Y al final, cuando la bolsa ya se usó muchas veces?
Hija: Tienes razón, se va a la basura.
Padre: Y entonces, como no es reciclable -al menos no lo suficiente para que le convenga a las empresas-, pues se quedan allí, en el basurero, contaminando durante años, años y más años.
Hija: ¿Y porqué los supermercados no usan bolsas de papel? Esas sí que son biodegradables.
Padre: El problema para las empresas es el precio, es mucho más cara una bolsa de papel que una de nylon.
Hija: Pues sí, pero más caro será cuando todos mueran por la contaminación y ya no tendrán a quien venderle.
Padre: Es improbable que el planeta se quede sin vida por la contaminación; es cierto que cuando ésta llegue a un punto crítico provocará muchas enfermedades conocidas y otras tantas nuevas y morirán millones de personas. Pero los que sobrevivan, tal vez sigan comprando en el mismo tipo de bolsas que antes.
Hija: Tienes razón. Ahora que lo pienso, otra cosa que contaminan son los zapatos. Después de todo, cuando mis zapatos ya no sirven los tiro. Y si regalo mis zapatos, no creo que las personas continúen usándolos eternamente, en algún momento, alguien decidirá que se van a la basura. Y entonces más plástico, más tela, más contaminación. ¿Por qué no hacen zapatos biodegradables?
Padre: Bueno, creo que hemos descubierto un mercado virgen: el de los zapatos biodegradables.

No hay comentarios: